viernes, 17 de enero de 2014

Dos cara y un cuepo



Dos caras y un cuerpo

Una leyenda sumergida, una historia mística, un deseo apacible y una mirada asesina,
Recovecos de la imaginación, sensaciones del corazón y una dulce melodía alrededor de vos.
Escondites justicieros que destellan la pasión, la alegría y tal vez un atisbo de intuición.

Entre las nebulosas una palabra en algún descabellado rincón del pensamiento,
Surca las cristalinas aguas de la mar atravesando  mareas con una brisa espesa en la cara.
Sin rumbo pero con ilusión amarra el cabo del pequeño tictac de su reloj de bolsillo.

Respira y un olor tostado inunda su pensamiento devolviendo un recuerdo no muy lejano,
En suelo sin el minio atisbo de repulsión, embarra su imagen inaudita de la perfección;
El tacto usurpa el tiempo, dejando volar una fantasía inocente que acompaña su afición.

Dos imágenes en  absoluta sincronía entablan el rocoso sendero del espíritu,
Con cada paso una emoción, un ridículo extracto de la esencia del alma;
Abstracto sentido de la aguda intuición que repliega la vida y la da color.

Una mirada un reflejo, un suspiro un hallazgo, una caricia, una sensación.
Eh aquí pues el sentido alumbrado de mi oscurecido corazón,
Que oculta sus apatías entre los muchos pliegues del forjado caparazón.



miércoles, 15 de enero de 2014

Personalidades inducidas



Personalidades inducidas

Fuerte aventura con cólera y lienzo,
Con pincel en la mano y goma en el pelo.
Susurra en el silencio un trovador abrumado,
Sin copa y con recelo, un tanto amargado.

Expuesto ante el mundo como un mísero extracto,
En un escaparate frío, sucio y desolado.
Su cuerpo en movimiento recorre los parajes
Mientras su alma despojada de su dignidad se esconde.

Con el paso del tiempo su mente no mejora,
Se mira en el espejo y abatido se demora.
Su sentido le miente tras el reflejo de su vientre,
 Oculta la mirada y brota de él un sucio aguardiente.

Su ponzoñosa imagen vaga por las vías de la estación,
Marcada por el duro acero de los susurros del viento.
Sin lugar habitable, ni recompensa, ni pasión,
Empuja la afilada astilla hasta que no siente dolor.

 Es la sociedad una enfermedad corrupta,
 Cada paso marca un camino hacia la desdicha,
Y si la corriente del norte no avisa,
Se desbarata tu sendero, arruinándote la comida.

domingo, 5 de enero de 2014

Esencia




Esencia

Puse mi cara y mi cuerpo en el camino de la soledad,
Vague entre la niebla, entre toda la mierda y diversidad.
Encontré cariño pero por tan solo pena y caridad.

Camine por el desierto, rozando mis pies con la fina arena,
Encontré piedras, árboles y naturaleza en su máxima intensidad,
En una diminuta cantidad, para encontrar algo 1000 pasos había que dar.

Entre las sombras los reflejos de mis huellas humeaban en mí andar,
Con cada 12 meses un año más, y a mi alrededor el mismo pajar,
Piedras en el camino, miradas furtivas y caricias opacas al tacto.

Su exterior y semblante, frío y calculado como la blanca nieve.
Bajo su piel de lobo, un cordero habitaba en aquel lugar,
Horrorizado por todo su alrededor que encubría la belleza, el resplandor.

Como una pieza de un puzzle perdida en el mar de los sueños vivientes,
Al igual que un especie desconocida, sin nombre y sin divisibilidad,


Con porte y talante se sumaba al súbito universo, a toda la inmensidad.

Es mi esencia por naturaleza, una vaga descripción de mí ser,
Que muestro con unas lineales palabras en el firmamento
Algo de que entiendo que puedo  ofrecer.