martes, 19 de marzo de 2013

Leyenda personal




Leyenda personal 

Seis cuerdas en el pasillo de la llamada
Contemplan el reflejo de una apacible sonrisa.
Sentada en el estante, tumbada en la cama
Escucha los estruendos de la noche
Imita la suave clase de las baladas.

Al contacto una imagen  llameante,  
De recuerdos ambiguos en el silencio.
En la mente con un fondo apaciguado
De tonos oscuros y deslumbrados
Espera con impaciencia ser tocada.

Una caricia en su frente, un pequeño golpe en el corazón
Un leve tintineo soplando por aquel hermoso deseo de pasión
En la pierna sentada, postrando su más severa calma.
Todo empieza y termina cada cuerda se mueve, se eleva, se marcha
Escritos en el aire esbozando un reflejo del alma flameada.

Un retumbo en la noche unas manos acarician su pecho
En el silencio se escucha un suspiro del la respiración alentada
No hay manera ni forma ni nadie que comprenda
El tacto de una guitarra tan solo con una superficial mirada
Puesto que la música se siente se palpa pero nunca se contempla
Con una simple e impactante mirada. 
  
Hay que conocer lo desconocido, enfrentarse a lo perdido
En cada acorde el corazón, con cada sonido un latido
Un sentimiento postrado, divino que se entrama en los oídos
Quisiera pues tocar con un hilo decía un niño sin sentido.

Y así pues el chico levanto el vuelo entorno el hilo
Y con un suave tintineo escucho el grito del alambre
Que con muy suave tono contaba su historia campante.

La música nace de lo vivido, de detalles insignificantes como un hilo
Tan solo el observador se da cuenta de lo sucedido
De la melodía del entorno, de la paz de una canción
Cantada por ruiseñor, un trozo de madera o quizás un telar chillón.

Con cada paso en un día cotidiano un acorde tocamos
Tal  vez triste, templado, alegre o sosegado
Será único, concreto o simplemente enrevesado
Pero será tu sinfonía, tu canción de cada día
Tu leyenda personal a la que nadie jamás alcanzara en la misma sintonía.

domingo, 17 de marzo de 2013

La esencia de las personas



La esencia de las personas


Recuerdos pasados y olvidados
Momentos que no se podrán recuperar
Se escucha una triste melodía
Que retumba en el fondo de la mar.

Hubo un día que fue mariposa audaz
Luchaba contra el mundo, luchaba por bondad,
Surcaba las claras aguas y se veía reflejar
Sus hermosas alas envueltas de un color singular.

Brillaban sus colores, relucía su agitar,
El agitar de las alas que hacían suspirar
A una pequeña niña con curiosidad,
Que posada en la ventana la veía volar.

Sentía libertad al ver a esa pequeña mariposa
Alzar su vuelo y posar junto a las rosas más hermosas
Su dulce cuerpecito que en el jardín veía balancear
Por el astuto y fuerte viento que enfurecía al oleaje.

Día tras día la niña quiso sobrevolar
Agitar las alas con la elegancia y sutileza
Que una mariposa empleaba alzar
Y enfrentarse con el mundo perspicaz.

Día tras día lo intentaba sin cesar
Hasta que se dio cuenta de que ella podía surcar,
De una forma distinta pero también ejemplar
Dejando a la mente actuar.


Y así la intrépida chica se alejaba del mundo real
A través de los sueños que contemplaba sin parar
Buscaba el significado en ellos
La fuerza, la voluntad, de sentir el viento en sus mejillas resoplar.

Veía con sutileza como su cuerpo se transformaba
Se hacía alto y esbelto como la mariposa de su ventanal,
Ahora era el momento de enfrentarse al mundo real.

Se armo de valor y empeño cuando cruzo el umbral
Donde descubrió bellos paisajes que podía  tocar.
Escuchaba los pájaros cantar, en las copas de los arboles
Intentando mostrar su interior belleza  en el cantar.

Y así la muchacha valerosa comprendió a la mar
Ahora sabía que lo importante que era amar
Amar al mundo, amar por amar respetando a la naturaleza
Y dejándola actuar, solo así ella se volvía apuesta y vivaz.

Oh hermosa naturaleza me habéis enseñado amar
No por el aspecto externo, sino por la gran alma
Que  el corazón entraña la esencia de la persona,
Que envuelve su personalidad por miedo
A que sea descubierta se gran sensibilidad.

sábado, 16 de marzo de 2013

Besos transcendentales


Besos transcendentales 

Besos suaves trascendentales de la pasión
Susurros en la noche destellos de una flor
Sucumbe el amanecer con solo su mirar
El caminar hacia la luna hacia su despertar

Frente al espejo un rostro, unos rasgos
Que el deleite de una sonrisa hace brillar sus ojos
Aromatizar el ambiente con suaves tonos,
Rojo guindilla, amarillo sol, azul cielo, verdoso amor.

Olores frescos y suaves como la brisa de la mar
Como un grano de café al triturar
Mostrando unos matices que incita el caminar
Y al alma hace pacíficamente respirar.

Ojos cerrados mano en el pecho  respirar entrecortado
Una caricia con la sombra de sus brazos
Un cosquilleo con el susurro de sus palabras
Resonando ligeramente en el desnudo cuello afásico 

Entumecido el cuerpo reposado sobre el lirio
Embelleciendo la imagen del fatídico delirio.  
Sus ojos aclamando, las manos en el pelo
Su boca impaciente de ese exótico cuello 

Son los deseos, el énfasis  del corazón
Que revuelve el aire y da convicción.
Saborea los placeres al ver sus ojos
Y da aliento a su esbelto cuerpo
Despojado de los trapos que impone la sociedad.

martes, 12 de marzo de 2013

Miradas al viento



Miradas al viento

En la fluidez de tus dedos se pierden mis ojos
Perplejos se quedan divisando un reflejo
Un marco acompasado, envuelto y embalsamado
Rodeado de blancas rosas y azules lirios.

En sus labios no pronunciados unos sonidos reflejan
“te reto a que me ames sin pensar en el mañana”.
Con la manos en su cuello rodeando cada cm de piel
Muestra el brillar de sus ojos con la luna a sus pies.

Con la luna llena, al sol ardiente
El fervor  de tus labios, las palabras hirientes.
El reflejo del espejo, en la camisa del alba
La flor en el pelo, la sonrisa en la mañana.

Demente es el ente, en el saliente mente
Con la historia marcada apaga el alma
Con las garras destripa, encharca y amarga
La paz entablada con la puesta de la mar.

Con la mar valiente compite el hidalgo de armadura
Que con su tono seco y árido emprende el ensueño      
A la belleza despreciada del interior del fuego fatuo
Que con  deseoso estruendo abate al empeño. 

Instante perplejo de confusión divisada
Con la duda risueña no sabe como encauzar la encrucijada
Cabeza abaja manos escondías, se acerca el paso
Pero en ese paso la lucha está perdida.

Cubre el rostro, la frente tendida contra su pecho
Y un hilo de voz rota desnuda el sufrimiento
De querer poder amar pero no atravesé
Atravesar ese pequeño adornado e impaciente portal.

lunes, 11 de marzo de 2013

Al compás de tus caderas



Al compás de tus caderas 

Son dos flores en el jardín dos luces en el firmamento

Una llamada en la noche un lamento en el silencio 
Un brindis a media noche sin tu corazón 
Con la mano en el pecho mis caderas bailan a los compás
De tus acordes desordenados en la noche de San Juan.

En el suelo los pies cobardes del imperfecto amor

Que tras miradas en el alma se muestra el cortes 
Como un atisbo de pasión los ojos muestran el brillo
Dando comienzo a una emoción, un sentimiento
Que flota en el aire sin responder al fuego fatuo.

Puede pasar puede envolverte pero al cruzar las manos

Tan solo con cerraras los ojos tu siempre estarás
Puede que el olvido aparezca en el alba 
Pero tras la noche tu sonrisa y tus manos me perseguirán
Como si de ellos tratara mi felicidad.

Quisiera olvidar, ser tu musa, tu truhan, morir en el deseo 

Resucitar en tu mirar de ojos traviesos desatando 
En el interior más remoto el pícaro y desencadenado amor.
Un beso una caricia un destello una sombra en la faz 
Un susurro una lamentación de tu cuerpo en el alba 
De la separación hasta la próxima de las semanas.

Secuestra a mi conciencia mientras besas mis labios

Desata mi locura recuérdeme que es el amar 
Mientras nuestras manos se rozaron 
Se desencadenaron dos estrellas fugaces
que desatan en el compás de tu peligroso andar.